Comunicado: Anticapitalistas Castilla y León ante el nuevo ciclo político y electoral


| 6 de febrero de 2019 -
Anticapitalistas Castilla y León |


La situación política actual presenta un panorama incierto e inseguro. La entrada de Vox en las instituciones andaluzas que inauguró un nuevo ciclo electoral con su discurso ultraderechista y ultraconservador, a cuya ola reaccionaria se han subido ya el PP y Ciudadanos, suponen una clara amenaza a los derechos y libertades conquistados, un retroceso en políticas sociales y de redistribución de la riqueza y en definitiva una perpetuación o incluso agravamiento de la precarización de las vidas.

El 15M que supuso un revulsivo y una toma de conciencia política, para muchos ha fracasado. En Anticapitalistas Castilla y León pensamos que sus demandas siguen vigentes: democracia real, lucha contra la corrupción, no debemos no pagamos, no somos mercancías en manos de políticos y banqueros, educación y sanidad pública y de calidad, transparencia y participación ciudadana en las instituciones... El 15M logró que el régimen del 78 saliera de su zona de confort y le dio una sacudida al sistema de partidos.

En Castilla y León los modelos personalistas y antidemocráticos han resultado ser un fracaso a la hora de acercarse a la resolución de tareas de largo plazo abierta por el 15M fundamentalmente por falta de orientación política y de modelo de organización, el exceso de hiperliderazgos y sobre todo por la incapacidad para construir desde abajo un partido movimiento, abrir el debate político y respetar sin miedo las discrepancias que enriquecen en lugar de cercenar y expulsar a quien piensa diferente. En lo político, se ha carecido de apuestas institucionales valientes que mantuvieran abiertos horizontes de cambio social real más allá de la gestión institucional.

¿Y ahora qué? La necesidad de dar una respuesta a la precarización como modo de vida sigue presente. Necesitamos un programa radical, para construir un sistema diferente, que plantee una transformación social, política e institucional. Pero esta transformación no puede esperarse únicamente entrando en las instituciones, ni siquiera cambiándolas, ya sabíamos que estas instituciones no son las nuestras y que hay muy poco margen de maniobra dentro de ellas. Un cambio real tampoco puede venir de un acuerdo en despachos, negociando cargos y puestos en listas o sumando siglas. Un cambio real, profundo, que arraigue y que perdure sólo puede venir de algo diferente, que construya desde las luchas en la calle. Necesitamos que la gente se auto organice; que participen en las asociaciones de vecinos, que surjan más plataformas en los pueblos para defender la tierra y los servicios públicos, que combatan el fascismo, la xenofobia y el odio que se propaga en el trabajo, en las universidades, en los grupos de amigos, en las familias.., que participen de la resistencia y de la conciencia de clase, solidarizándose con su vecina que no tiene papeles o a la que van a desahuciar, que se salga muchas más veces a la calle cuestionando instituciones como la justicia (y a los jueces) por caduca, retrograda, machista y patriarcal.

Anticapitalistas Castilla y León lanza así una propuesta de construcción popular, participativa y de democracia radical que vaya más allá de los partidos. Basada en la construcción entre iguales, sin subalternidades, con respeto a las ideas plurales, cuyos acuerdos y consensos no se basen en posiciones en listas o cargos, sino que hablen de programa y surjan del debate que facilita la cohesión.

Un programa que ha de ser necesariamente rupturista, no reformista, anti-neoliberal y feminista, distanciado del progresismo de salón y foto del Psoe. Que se sostenga sobre un proyecto ecologista que defiende nuestra tierra y nuestros pueblos frente a las multinacionales que pretenden expoliar, sin más, nuestros recursos Y que plantee la expropiación de empresas relacionadas con sectores estratégicos, si es necesario, para impedir o resolver las pérdidas de empleo, por ejemplo, causadas por deslocalizaciones después de haber recogido cuantiosas subvenciones. Que defienda el trabajo de calidad y a las pymes frente a las subvenciones multimillonarias para los que fomentan e implementan el modelo de falsos autónomos o los que perpetúan por convenio (eso sí) condiciones de laborales miserables o de semiesclavitud.

Un programa que no busque la amabilidad como estrategia, ningún cambio llega sin lucha y ninguna transformación profunda sin resistencia de las élites y los poderosos a perder sus privilegios. Un programa anticapitalista porque nuestra sociedad demuestra que ya lo es. Anticapitalista es el taxista que lucha por su trabajo frente a los fondos de inversión que manejan Uber y Cabify. Anticapitalistas son las vecinas de las nueve asociaciones comarcales en defensa de la sanidad pública de la provincia de Zamora, que exigen médicos suficientes para que en sus pueblos haya una sanidad pública, gratuita, universal y de proximidad en lugar de contratados por Ambuibérica casualmente controlada por otro fondo de capital riesgo. Anticapitalistas son las mujeres de ayuda a domicilio de la comunidad, reclamando un incremento salarial para tener un empleo digno y estable a los Sacyr, Clece y demás que obtienen beneficios a costa de la dependencia de unos y el sudor de otras.

Nuestra comunidad se muere, tenemos los índices más altos de pérdida de población, somos la segunda comunidad más envejecida y la segunda en mayor descenso de la natalidad.

Hay que abrir un nuevo espacio a la izquierda que ponga de actualidad un horizonte rupturista y constituyente. Una alternativa democrática, pluralista y antineoliberal, feminista, antirracista y ecosocialista, que permita el trabajo conjunto y la cooperación. Construir un espacio solidario, democrático, participativo, basado en la inteligencia y el cuidado colectivo, contra los que excluyen y se apropian de lo que es o debería ser de todas y todos.

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